Como disto de ser Carrie Bradshaw, mi adicción no pasa por los stilettos de Jimmy Choo, sino por tener las uñas divinas. Pero no todo es dedicarme a mi belleza. Incluídos en los trece pesos de la visita, mi manicura me presta revistas con chismes de la farándula para que lea mientras se me seca el esmalte.
Ahora que las miro con mayor regularidad, estoy conociendo un poco más a los famosos, pero lo más habitual es que no tenga idea de quiénes están hablando. Cuando dicen que Fulana y Zutano viven un apasionado romance (o se casan o tienen un hijo o se divorcian), no suelo reconocer los nombres ni las fotos. Afortunadamente es común que el periodista, para evitar ser redundante, recurra luego a fórmulas como la famosa modelo y el futbolista, que me van aclarando el panorama.
De las notas que me llaman la atención, una de las más intrigantes son aquellas que tienen un título como:
- Estoy destrozada por la enfermedad de mi papá.
- Lo que pasé no se lo deseo a nadie.
- Fulanita ante el peor momento de su vida
- Se murió en mis brazos.
Ilustrando el relato del dolor que padece la entrevistada, aparecen varias fotos de la modelo/ vedette en cuestión posando en minitanga colaless, mostrando el culo (o las tetas o ambos) y mirando a cámara como diciendo: Vení papito, partime al medio.
Ok, yo entiendo que las famosas que viven de las fantasías que genera su cuerpo no pueden aparecer sin maquillaje y con el pelo hecho un asco para demostrar que están sufriendo. Pero, así realmente me cuesta compartir tu dolor.
So… Que pases hermosos momentos literarios en tu nuevo hogar!
Aquí estaré, leyéndote. 😉
Gracias, ya te dije que me encanta tu blog así que continuamos leyéndonos mutuamente 🙂
Besos