¿Hablo yo o pasa un tren?

Entre Pedro y Sofía las cosas no andan bien. Sofía acaba de llevarse sus cosas del departamento en que convivían. Así comienza «El amor (Primera parte)» y ya desde la primera escena supe que iba a asistir a una historia de amor, desamor y ruptura.

El final estaba anunciado, pero el recorrido resulta interesante y lleno de situaciones conocidas. Algunas están contadas con un toque de humor mediante infografías, animaciones con explicaciones «científicas», frases en off o fotos fijas. Sentí una poderosa sensación de dejá vu al ver pasar a: «Tenemos que hablar», «¿Por qué si siempre hablamos lo mismo, pareciera que nunca nos entendemos?», «¿Por qué si los dos queremos estar bien, estamos tan mal?», «¿Esto tiene solución?». Estoy segura que no fui la única a la que le pasó…

¿Cuántas veces me sentí como en la escena del tren?:

Pedro y Sofía están sentados en un banco, de espaldas a las vías del tren.
Pedro: Bueno, decime lo que tenés que decir.
Sofía: Bueno, no sé…
pasa un tren y se la ve hablando y gesticulando en un intento de explicarse, pero su voz queda tapada por el ruido. Trato de esforzarme para escuchar lo que dice, pero es imposible. Recién cuando el tren se aleja, se le escucha terminar con un «y eso».
Sofía: ¿Me entendés?
Pedro: No, no te entiendo.

¿Cuántas veces sentimos que aunque hablemos el otro no nos escucha o no nos entiende. O sí, nos escucha y nos entiende, pero quiere otra cosa. Y lo peor, es que lo más probable es que él piense lo mismo de nosotras…

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14 comentarios

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14 Respuestas a “¿Hablo yo o pasa un tren?

  1. A veces entramos en una sinergia medio chota con la otra persona.

    Creo que hay un momento puntual en el cual debiéramos tener la capacidad de preservarnos y decir «hasta acá», sin embargo, seguimos adelante y como una fuerza centrífuga, empezamos a lastimar, ya no solo al otro, sino también a terceras personas (los hijos, muchas veces).

    Es como que no se puede parar.

    Creo que eso pasa cuando nuestro EGO está por encima de nuestra AUTOESTIMA.

    Me gustó lo que dijiste: «O sí, nos escucha y nos entiende, pero quiere otra cosa.» Totalmente cierto y genera una impotencia terrible, que nos ciega.

    Creo que me desperté muy filosófico… voy a respirar oxígeno y vuelvo.

    Feliz Día Doc!

    Besos 🙂

    • Coincido en todo y sigo pensando que, a pesar de lo que dicen las revistas femeninas :-P, EL problema no es la «mala comunicación de la pareja». Eso se termina aclarando. Lo irresoluble es cuando uno quiere A (no B) y el otro quiere B (no A) y los dos esperan que el otro cambie.

      Feliz día y vayamos a respirar por ahí que el tiempo se presta 🙂
      Besos

  2. «Cuantas veces te pedi lo mismo, no me escuchas? te importa un choto lo que me pase/lo que piense/lo que necesite?»
    «Pero no es asi como vos decis, es como yo te decia, no me entendes….»
    «Lo que pasa es que lo que te pido no es tan terrible… tanto te cuesta? Y bueno, viste?, si es una pavada porque no lo haces y listo!?»
    «Estoy harto/a de escucharte siempre con lo mismo, porque no cambiás un poco el diskette y volvemos a hablar….»

    Alicia: Me acabo de enterar por lo que decis… que el otro no cambia? Entonces… perdemos el tiempo en el intento?
    Uy, Dios, ahora entendí todo…..

    El amor (primera parte)…. porque será que de una peli tan interesante todavia no pudieron hacer la (segunda parte).
    Excelentes las actuaciones, las ilustraciones y los diálogos… lastima que en su momento la vio tan poca gente.
    Buenisimo Alicia por rescatarla!

  3. Ana

    Es una historia conocida! …a veces pienso que casi obligatoria, desenlace demasiado posible. Que pena cuando es a destiempo, o de un solo lado. Creo que no tiene solución. por muy triste que sea.

    un beso

  4. ¿Qué historia de amor no es también de desamor? El problema no está sólo en la incomunicación, aunque ésta es importante. En realidad, creo, no nos comunicamos porque de verdad no queremos hacerlo, no queremos saber cómo es el otro o lo que le ronda. Amamos desde nuestra concepción del amor y, por ende, escuchamos lo que queremos escuchar, no lo que no encaja con lo que, para nuestro amor, debe ser. Pero, en fin, es historia vieja y muy manida; en vez de ponerme a filosofar, mejor me veo la peli a la quie dedicas el post. Un beso.

    • Claro, existe la idea simplista de los talk shows y de las revistas femeninas de que si pudiéramos comunicar claramente nuestros sentimientos, los problemas se solucionarían. No es tan fácil y además hay cosas que sencillamente no pueden ser.

      Espero que te guste la película.
      Besos

  5. ¡Cuanta verdad! Y es aplicable no sólo a conversaciones con personas, también a las oportunidades que la vida te propone: se manifiestan pero hay veces que no las queremos escuchar…

  6. Creo que hay una respuesta todavía más horrible: a veces la gente se cansa de otra gente, y se desconecta independientemente de poder entenderse o no. Ya no se interesan entre sí, y eso es muy cruel, pero es la única explicación posible para ese poder «hablar» que sin embargo no llega a nada.

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