Hace unos meses tuve un dilema de aquellos que ojalá se presentasen más seguido. Tenía puntos en la tarjeta para canjear por pasajes aéreos antes de que vencieran. ¿Dónde ir? ¿Qué hacer? En un previsible final feliz, Hija Menor y yo nos tomamos un avión a Bariloche.
Nos alojamos en un hotel a orillas del Lago Nahuel Huapi. Me habían dicho que en mayo y junio llovía mucho y no nos sorpendió el mal tiempo.
El hotel estaba a orillas del Lago Nahuel Huapi. Podíamos verlo desde el dormitorio y el living. Por un camino de piedras se podía bajar hasta el lago.
El lago permaneció inmutable durante el debut del equipo argentino en el Mundial.
Decidimos ir a Bariloche porque Hija Menor quería conocer la nieve. Todavía no había nevado en la ciudad, así que subimos al Cerro Catedral. Nos tocó un día con temperaturas bajo cero…
Cuando salimos del refugio, nevaba y el viento hacía que la nieve golpeara y encegueciera. No teníamos ropa térmica y descubrí que mi vestimenta usual, por más que tuviera puesto todo junto, no alcanzaba. Junté algo de nieve que nos arrojamos durante unos segundos. Solo los necesarios como para que Hija Menor no me pudiera reprochar durante el resto de su vida que no la dejé hacer una batalla de bolas de nieve.
Huí raudamente hacia el refugio, donde todavía hacía demasiado frío para mi gusto. Después de un rato, bajamos y buscamos un lugar donde calentarnos. En la base del cerro llovía intensamente, pero encontramos una casa de té donde tomamos chocolate caliente hasta que nos pasaron a buscar.
Al día siguiente, navegamos en el Victoria Andina por el lago Nahuel Huapi. No podíamos dejar de ir al Bosque de Arrayanes y ver la Casa de Bambi (la leyenda dice que Walt Disney se inspiró en ese lugar para crear el bosque de Bambi)
En el barco nos dijeron que el lago refleja los colores del ambiente.
Un tono de verde por la vegetación de la Isla Victoria
Último día en el cerro Otto. Antes de ir al aeropuerto, almorzamos en la confitería giratoria. El sector de las mesas da una vuelta completa cada veinte minutos mostrando este paisaje.
Finalmente, la vuelta. Cargando las piedras que Hija Menor había recogido de la orilla del lago y variadas formas de chocolate: trufas, en rama, noventa por ciento de cacao, figuras de ositos…
Ahhhh! Qué lindo viaje y qué lindas fotos!
me encantó!
Besos!
Gracias, fue hermoso.
Besos
Totalmente transportado por las fotos y tus comentarios!
Hermoso!
Gracias por compartilo con los lectores…. y que se repita con o sin millaje garroneado. Son placeres que nos tenemos que dar mas frecuentemente….
Según mis cálculos, voy a volver a tener millaje garroneado en más o menos un año. Próximo destino: Cataratas del Iguazú.
Besos
La próxima vez que vaya por allí confío en que no sea tan apresuradamente y pueda recorrer mínimamente tu tan extenso y precioso país. Un beso.
Ojalá. De paso, probablemente tengas más suerte y la gente que te reciba organice mejor las salidas 😛
Besos
Que buenos estos paréntesis que uno puede tomarse …y con hija!!! no siempre es el programa mas divertido para ellos!! que bueno! Juntar buenos recuerdos!
Las fotos son increiblemente buenas! ya quiero estar ahi otra vez!
ahora… a seguir juntando puntos 😉
un beso
Mi hija menor solo tiene diez años, así que le encantó viajar con su mami :-). Tengo que aprovecharlo. Ya me queda poco…
Besos
Buenísimas fotos, Alicia! Divino el lugar, la nieve, el lago… la confitería del Cerro Otto es maravillosa: ver un paisaje distinto cada pocos instantes (y que son como postales, además!) es una experincia muy especial. Y cálida, además, porque no te morís de frío como del lado de afuera, en el «mirador» que tienen por ahí abajo… 😉
Muy buena observación 🙂
No voy a ser nada original… pero las fotos son bárbaras!!!!! Mi duda es qué pasó con Hija Mayor, se bancó quedarse?
(y no te pierdas las cataratas en el próximo viaje!)
Hija Mayor y los aviones no se llevan bien 😦
Besos
¡qué fantástico! el viaje… el paisaje… la «aventura»… el viaje compartido con una de tus hijas… hermoso!!!!!! se ve reflejado en las fotos y en tus textos. Muy buena la decisión!
Síi, ahora quiero volver 🙂
Besos
Qué hermosas fotos! Y qué lindo viaje para cortar un poco la rutina.
Lástima lo que estos días está pasando en Bariloche, no?
Te dejamos un beso en nuestra primera visita a tu blog!
Gracias y bienvenidas (¿Vinieron todas? :-))