Primera parte: Ecuador
Centro histórico de Cuenca
Mono ladrón en la selva amazónia
Parque Nacional Cajas
Durante mi viaje a Ecuador, desperté la curiosidad de los locales de un modo que no había previsto. Al verme sin compañía, a varios les interesó saber si viajaba sola. Ante mi respuesta afirmativa, algunos decían admirar mi actitud. No creía que fueran del todo sinceros, pero si era una mentira piadosa, la prefería a que me preguntaran: ¿Y su marido?
Nunca supe cómo responder a eso. Una o dos veces aclaré «mi ex marido», pero sentía que estaba explicando demasiado. ¿O muy poco? ¿Debería incluír una breve sinopsis de las causas de mi divorcio, la negativa de mi ex (cuando todavía era actual) a viajar y las razones por las cuales me largué a turistear luego de separarme?
Probablemente de esa manera se entendiera mejor que hacía sola a cinco mil kilómetros de mi casa. Pero, ¿qué era en realidad lo que me estaban preguntando? ¿Realmente esperaban una confesión íntima?
Otras veces, mi respuesta me limitó a murmurar «en Buenos Aires», dejando que mi interlocutor resolviera por su cuenta el misterio de por qué mi marido se había quedado en la Argentina mientras su amada esposa hacía turismo por el trópico.
Seguí sin saber qué decir en esos casos hasta que a la vuelta, una amiga me dio la respuesta perfecta:
– Decí que sos viuda.
– Eso es genial. Quedás bien y de paso conseguís que el otro se arrepienta de haberte preguntado.
– De paso podés agregar: «Ya hace cinco años. Hice este viaje porque la psicóloga me dijo que ya es hora de que empiece a hacer cosas por mí misma». Para que no crean que enterraste a tu marido y te fuiste de vacaciones.
-¡Eso es lo que tendría que haber contestado! ¿Por qué no se me habrá ocurrido antes?
Ya tenía la respuesta perfecta. Ahora solo me faltaba que alguien me hiciera la pregunta.
Continuará…
y podrías agregar.. con cara de chica compungida… y era tan bueno mi marido… debe estar regocijándose, desde donde quiera que esté, porque finalmente pude superar su temprana muerte y el duro trance por el que tuve que pasar!
Besos
Ahora todos me tiran letra buenísima. A final no tendría que haber viajado sola. Tendría que haber ido con mis amigas, así me decían qué contestar.
Besos
no te quejes! …si sos viuda a mi me toco la peor parte ! besos
Es verdad, pero es solo mentirita blanca. Su único propósito es hacer que los que me hacen una pregunta tan idiota sepan que no tendrían que haberlo hecho.
Besos
– ¿Y su marido?
– La última vez que lo comprobé le llevaba dos días de ventaja. Creí haberlo despistado en Guayaquil, pero parece que el recepcionista del hotel habló más de la cuenta. Por cierto, si le pregunta por mí un tipo moreno, con bigote y un poco cara de inspector de impuestos, usted no me ha visto ¿de acuerdo?
Excelente idea. Se suma a todas las que no se me ocurrieron en ese momento. Creo que «con cara de asesino serial» podría ser más persuasivo aún.
Te dieron la oportunidad de soñar con la eliminación de un ex y no quisiste aprovecharla. Eso habla muy bien de vos, Estela, mucha nobleza!
Ya sabés cómo soy. Noble y validada.
Besos