
Cada tanto, a mi hija mayor le gusta conectarse a algún programa de chateo al azar. Su idea es pasar un buen momento, charlando con gente de todo el mundo. Para no dejar dudas sobre sus intenciones, su saludo incial es un:
Hi, no trolls, no cybersex.
Ningún método es infalible, pero entrar a un lugar anunciando que no vas a tolerar agresiones ni proposiciones sexuales, resulta bastante disuasorio para los que solo quieren molestar.
Cuando me lo contó, me gustó tanto la idea que empecé a soñar con poder andar por la vida con una remera que dijera:
No tolero agresiones ni soy tu objeto sexual
No sé alguien la leería o si funcione en la vida real, pero después van a poder decir que no les avisé.